miércoles, 10 de septiembre de 2008

SINDROME DE PRIVACIÓN

Término ampliamente difundido en el ámbito, que será de máxima utilización durante el mes venidero de fiestas patrias, por el desenfrenado consumo de todo tipo de ahorros y aginaldos.
Pero el día de hoy me refiero a la sensación, aquella; desagradable, incomoda, reiterativa, ambigua y a veces inconexa, de sentir que algo falta, algo a lo que estamos acostumbrados lo hemos perdido, a veces por un tiempo largo, a veces por un tiempo corto, o tras veces nunca volvera, quien no hecha de menos aquellos asados de cinco horas en la casa del vecino, quien no hecha de menos esa sensación de estar o pensar que estas, haciendo algo que importa, algo que significa, cada día gotea menos, cada día importa menos, cada día siento que hacemos menos la diferencia y que simplemente estamos de paso, como el agua por sobre la tierra que llegaremos al final, antes lo único que importaba era tener alguna utilidad, aunque sea para regar escasamente lo que se toca; hoy a diferencia de antes creo que los bordes estan cimentados con concreto, que el caudal de agua (nosotros) no hacemos la diferencia y que solamente tenemos la sensación por que nos la venden...Quien la vende no importa, todos lo sabemos, la pregunta es por que nos la venden... en realidad y la respuesta es sencilla, por que toda industria debe tener un desgaste de material, mientras más fácil y maleable es este menos se desgasta el sistema, pero ¿por que nos sentimos así? por que nos estamos privando de participar, de recibir una contibución a cambio, por que antes creia que si haciamos la diferencia y ahora no, quizás si la hacemos y no la sentimos, pero en realidad depende de como la definamos, son esa suma eterna de pequeñeces que podemos aportar lo que hace una gran diferencia, a mi gusto no, simplemente estamos tal cual, no nos movemos, nos adaptamos a las nuevas condiciones, las que ellos nos venden... no compre, piense, luego adaptese.
Se preguntaran tras leer este inconexo texto, por que sindrome de privación, por que cada día que pasa siento que me falta algo, siempre es lo mismo, y concluyo finalmente que no es el que, sino el como lo siento, ahora creo que son pequeñeces insignificantes, antes creia que eran importantes... no lo sé simplemente hay que mirar atrás y ver como nos hemos adaptado.